A veces me siento perdido. Los de arriba quisieron comprobar si el mundo aun quiere a seres angelicales; alguien soñador, liberal, inocente, artista, risueño... Por lo visto no.
La sociedad está contaminada. Hipocresía, mentiras, odio, impotencia, injusticias... Fue decepcionante aterrizar aquí y verlo con mis ojos. El mundo ha cambiado, el amor se ha convertido en un "me gustas hasta que me aburra de ti" cuando antes era un "te amaré aunque ponga en juego mi honra". Y la honra era algo valioso, cuando ahora ni saben qué cosa es. Los enviados han sido torturados por los seres que creíamos conocer, y son cada vez mas aplastantes, cada vez mas fuertes, incultos e imparables.
Los de arriba no saben qué hacer, se van a rendir. Y yo sigo aquí, erguido. Tuve que cambiar para esconderme entre la contaminada población. Tenía que hacerlo. Debo pasar inadvertido por lo menos de momento para poder atacar desde dentro. Sé que solo soy un enviado, no soy ningún ser poderoso... pero al fin y al cabo fui creado por las personas de las que ahora huyo. Quiero devolverles su preciosa forma original. Ahora soy un ángel negro. Estoy mal visto a los ojos de mis superiores, que me han rechazado al ver oscurecer las plumas de mis alas, y tampoco me aceptan en el mundo de los humanos. Me siento perdido pero no pienso parar hasta acabar con los demonios que azotan este lugar. Si estas leyendo esto probablemente no me hayas visto por la calle, ni en la tele, ni me hayas imaginado, pero ten por seguro que lucharé por ti... aunque una ayuda siempre me viene bien.
Nos veremos pronto en tus sueños.
Fdo: el último enviado
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