Cuenta la leyenda que Bruno Amadio, hastiado con la segunda guerra mundial, pintó una serie de cuadros, 27 para ser exactos. En esa colección representa a niños huerfanos llorando, sufriendo las calamidades de la guerra. Bruno donó esos cuadros al horfanato y a las semanas todo se quemó, quedando solo los cuadros sin daños.
Dicen que el que posea un cuadro será testigo de sucesos paranormales y multiples incendios. Creerse o no esta leyenda lo dejo en su mano, pero lo cierto es que estan cargados de expresividad y una belleza legendaria.
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